Los principales precursores son los Mínimos, a los que se les conoció más comúnmente como los Lunáticos, por sus constantes referencias a la Luna. Más tarde, en una entrevista a El Mundo, Rennée Beaulie confesó que era por la similitud entre la Luna y la perfección, al ser ambas inalcanzables.

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Los Lunáticos iniciaron este movimiento en el solsticio veraniego de 1963, en una reunión en la que firmaron un decálogo con ideas que llevaban maquinando tiempo atrás.